Empieza a poner de tu parte, y todo
lo demás irá mucho mejor.
Si no te abres y cuentas exactamente
qué es lo que te pasa, no te van a poder comprender y ayudar. Muchas veces,
tendemos a pensar que las personas que nos rodean (pareja, amigos, familia…) y
que nos conocen perfectamente tienen que adivinar lo que nos pasa sin necesidad
de que se lo expliquemos. Es más, que deben detectar que hay algo que nos está
ocurriendo y saber qué es exactamente lo que nos preocupa. Sin embargo, la
comunicación es una vía fundamental para entendernos, porque es la única manera
de que la otra persona sepa exactamente que algo no nos está yendo bien. En
caso contrario, acabamos discutiendo sin sentido porque no nos sentimos
comprendidos, porque entendemos que la otra persona no nos está sabiendo
detectar lo que nos ocurre, y le echamos la culpa de que no están pendientes de
nosotros.
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