Somos la
generación de los impacientes, la generación de “lo quiero todo ya”. Estamos
acostumbrados a conseguirlo todo rápidamente y, si no lo logramos, lo dejamos,
porque no merece la pena, y nos venimos abajo porque no lo hemos conseguido a
la primera. Y, en realidad, esta actitud es una lacra de la que deberíamos
desprendernos. Todo esfuerzo tiene su recompensa. Quédate con esta frase:
“Lo que parece imposible a veces sólo tarda
un poco más”
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