LOS CELOS Y EL PODER DE LA IMAGINACIÓN



Nuestra imaginación puede ser nuestra gran aliada cuando no estamos en nuestro mejor momento, como fórmula de escape y de ilusión en la creencia de que algún día nuestra suerte cambiará y que podremos conseguir lo que verdaderamente deseamos.  Sin embargo, nuestra imaginación también nos puede jugar una muy mala pasada. Por ejemplo, con los celos.

Evidentemente todo el mundo puede tener un mínimo de celos, entendiéndolo como que  tu pareja te importa y que no estás dispuesto a que juegue con tus sentimientos. No obstante, puede llegar un momento en el que los celos se nos vayan de las manos y acabemos viendo fantasmas donde sólo hay meras sombras.


Está claro que si ves a tu pareja abrazando a un chico o una chica atractivo físicamente y a quien no conoces puede ser que tengas dudas y que le hagas alguna que otra pregunta. Pero sí, puede haber una respuesta sencilla y no sólo la verdad universal que tu cabeza ha programado consistente en que te están poniendo los cuernos.

              Ejemplo práctico -> Si tu chica te dice: “El chico al que me viste ayer abrazando por la       calle es un antiguo compañero del instituto. Hacía muchísimo que no nos veíamos y nos reencontramos por sorpresa el otro día. Fuimos a tomar un café y nos pusimos al día de todo lo que nos había ocurrido en estos 5 años que llevábamos sin coincidir. Es un buen chico, puedes estar tranquilo, cariño”.

Estamos de acuerdo en que sí, es todo un poco raro. Pero… ¿Y si es verdad? Puede ser que ella no te lo contara porque no le dio importancia, porque no conocías al chico y pensó que no te interesaría la historia, o porque precisamente quería evitar un ataque de celos como el que finalmente te ha dado.


 Ahora bien, hay muchas personas que tienen celos más que justificados y al final el tiempo les acaba dando la razón. Pero, a falta de pruebas, hay que tener en cuenta que compartir tu vida con alguien es un firme compromiso que implica poner de tu parte, así que confía en tu pareja e intenta no recelar por tonterías.

De otra manera, montándole un escándalo a falta de pruebas sólo demostrará que no tienes toda la confianza necesaria en tu chic@. Además, también puede ocurrir que el que sufre los celos de su pareja se acabe cansando de ser acusado sin haber hecho nada, y acabe finalizando la relación sin haber un motivo de trasfondo.



Piénsalo, una relación con uno de los dos (o los dos) celoso es un auténtico problema. Por un lado, el que tiene celos vive una auténtica tortura: Una respuesta más seria de lo normal tras un día de un trajín agotador, una llamada a su pareja de alguien que no conoce, una quedada con un amigo en un día y una hora distinta a la habitual, un/a compañer@ del trabajo de gran atractivo … Todo es motivo de celos, lo que te hace sentirte mal, destrozado, no querido… Y te acaba pasando mucha factura psicológicamente. 


Por otro lado, el que sufre los celos vive una situación similar a la de un inocente que ha sido acusado de un delito: Sabe que es inocente, pero tiene que estar todo el rato intentando convencer de lo contrario. Sentirá que todos y cada uno de sus hechos y palabras serán juzgados, tomados de forma negativa, puestos en duda… Lo que hace que finalmente pueda optar por estar sol@ antes de tener que aguantar una situación como ésta.



La moraleja de todo esto es muy clara: “Puedes terminar perdiendo a alguien que te importaba de verdad, que te hacía sentir único y especial y que te quería sin condición sólo por no haber confiado en él o ella. Y sí, hay trenes que sólo pasan una vez en la vida”. 


Comentarios