Muchas
veces acabamos rompiendo nuestra relación sin motivo aparente, sin terceras
personas de por medio, simplemente porque “no estábamos hechos el uno para el
otro” o porque “se acabó el amor”.
La
realidad, sin embargo, demuestra todo lo contrario: A lo mejor sí estábamos
hechos el uno por el otro y había amor a raudales, pero no supimos crear una
relación lo suficientemente sólida como para superar los distintos baches a los
que tiene que hacer frente una relación a lo largo de su ciclo vital.
No se puede
empezar la casa por el tejado y, al igual que la educación es algo que, o se
adquiere desde pequeños o es muy difícil llegar a interiorizar con el tiempo,
crear una relación firme e inmune es algo que se tiene que hacer desde el
principio. Para ello, sigue los siguientes consejos:
1. Encuentra a la persona perfecta para construir esa
relación indestructible
No nos vale
cualquiera, ni mucho menos. Partir de la sensación de que es una relación avocada
al fracaso hace que finalmente nuestros peores presagios se acaben cumpliendo.
Y digo encuentra, que no busca, porque la persona perfecta, la que te pone la
vida en jaque, la que te hace cuestionarte cosas a ti mismo… Aparece sin
buscarla, quizás siendo que llevabais años siendo amigos, compañeros de
trabajo, de gym, vecinos… Una vez que
la tengas, ha llegado el momento de cuidar los pequeños detalles desde el
principio.
2. Conoce y comprende a tu pareja
Intenta
conocer qué es lo que le gusta, lo que más odia, a qué tiene miedo, qué la hace
enfadar, qué la hace sonreír… Y así sabrás cómo tratarla en cada momento y
comprenderla a la perfección, sin necesidad de que esa persona dé excesivas
explicaciones. En saber escuchar y valorar cómo reacciona cada uno ante
distintas situaciones radica el éxito de una relación sin reproches.
3. Admira a tu pareja
Tener a
alguien a tu lado que te despierta admiración por su inteligencia, por su forma
de ver la vida, por su mentalidad, por su personalidad, por lo que consigue…
Hace que en las discusiones o en los peores momentos no lo hagas sentir inferior,
que lo apoyes en todas las decisiones profesionales que tome y que te sientas
orgulloso de esa persona.
4. Sé detallista
No nos
estamos refiriendo a hacer regalos continuamente, sino a los detalles
verdaderamente importantes: Dar los buenos días y las buenas noches, preguntar
por cómo ha sido su día, hacerle una visita cuando menos se lo espera (si no
vivís juntos), acordarte de cuál es su flor favorita y llevársela, comprarle
algo de su color preferido, volver al lugar de vuestra primera cita, llamarlo
si está malito…
5. Saber solucionar las discusiones
Evidentemente,
cuando quieres compartir tu vida con alguien las discusiones aparecen tarde o
temprano, pero en saber solucionarlas y aprender de ellas radica el verdadero
éxito de una pareja. Escuchar, empatizar con el otro, compartir tu punto de
vista con tu pareja, dialogar (sin gritar) e intentar llegar a un consenso,
tener en cuenta la opinión de ambos y buscar una solución intermedia, es algo
fundamental.
6. Entender que tener una relación es algo más que estar juntos
Si lo
estáis es porque os queréis, pero también queréis llevar la vida que llevabais
antes de conoceros: Una relación no debe frenar al desarrollo personal y
profesional, ni tampoco influir en las relaciones familiares, ni afectar a la
relación con los amigos. Una relación viene para sumar, y sumando juntos
entenderéis por qué no queréis estar separados. Evidentemente estar juntos
supone ciertos sacrificios, y siempre los acaba haciendo uno más que el otro,
pero los beneficios derivados de esa decisión hará que todo merezca la pena.
7. Cuidar tu relación como si se fuera a romper mañana
Muchas
veces no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, y la manera de dejar
de comportarnos así es cuidando la relación diariamente, haciéndolo porque nos
apetece tener un buen día, y no dejarnos llevar con “mañana le pido perdón”,
“ya le prepararé una sorpresa el sábado” o un “seguro que se soluciona”.
Reflexión del día: “Una relación es como una planta: Hay que regarla cada día, cuidarla con mucho amor y quitarle las malas hierbas cuando más lo necesite”.
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