POR QUÉ NO DEBERÍAIS VOLVER A INTENTARLO


Estuviste tiempo con esa persona: Varios años. Sabes perfectamente cómo es. En vuestra relación tuvisteis momentos muy buenos, que te hacían flotar, estar como en una nube, reír a carcajadas y tener una sonrisa tonta las 24 horas del día. Eso era a lo que te aferrabas cuando luchabas por seguir. Y lo hacías aun siendo que sabías que desde fuera te recomendarías a ti mismo romper, empezar a mirar por ti y dejar de estar con alguien que no te hace feliz.

Pero sacabas fuerzas de flaqueza de donde ni tú sabías que las tenías y seguías adelante, escudándote en que estabas enamorad@ y que en el fondo esa persona te hacía feliz, en que lo querías todo con ella (pero sus hechos te demostraban que su compromiso estaba a años luz del tuyo) y que a ti en la vida te habían enseñado a luchar, que las cosas no son siempre fáciles.


Y así, bofetón tras bofetón con la realidad, con su indiferencia, con tu desilusión, te diste cuenta de que había llegado el fin y el inicio de quererte de una vez por todas a ti mism@.

Y, al cabo de un tiempo, cuando has sido capaz de curar tus heridas, esa persona vuelve. Vuelve para ponerte la vida patas arriba, pensándose que con un “lo siento” se soluciona tanto dolor. Puedes perdonarlo para sentirte más libre, pero no puedes olvidar que has aprendido a ser feliz.

Volver a intentarlo es un acto de fe ciega, de volver a exponerte al sufrimiento, de volver a compartir tu vida con alguien que te la destrozó… Son muchas cosas buenas, pero también mucho esfuerzo por creer en ti y encontrar lo que realmente te mereces como para tirarlo por la borda.



Reflexión del día: “En el fondo, la gente no cambia”

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